Los pigmentos son unos polvos finamente molidos de diferentes colores, que, o se consiguen de manera natural (tierras, por ejemplo) o por procedimientos químicos. Estos polvos de colores se mezclan con algún material aglutinante con el que se aplica el color y queda adherido a la superficie. Por ejemplo, en el óleo, se mezcla un aceite secante al aire con cada uno de los pigmentos. Cuando el pintor da ese color, éste queda pegado a la superficie gracias al aceite, que al secar lo adhiere y pega. En el caso de la acuarela es una solución acuosa de goma la que hace de aglutinante y es el papel el que absorve el color.
Esta observación es para aconsejar que en la elección de colores para pintar no hay que ir de ahorradores, es mucho mejor elegir una marca en la que la relación calidad-precio esté bien compensada, puesto que los pigmentos han de durar en el tiempo. He visto como en pocos años cuadros bien realizados han ido perdiendo color por escatimar en el material. Además, cunden también bastante más los colores de calidad y esto es a la larga un ahorro.